Tal y como indica la imagen, lo mejor para "romper el hielo" es contar un buen chiste, por lo que comenzaré este blog de filosofía "en broma". Y es que a pesar de que la filosofía siempre se ha entendido como un estudio serio y
profundo de la realidad, lo cierto es que está muy relacionada con
el sentido del humor, pues este es una herramienta crítica muy eficaz.
El humor se relaciona con el ingenio, pues permite ver cosas que otros no ven. De ahí que se diga que el que ríe el último...piensa más lento!
A diferencia de la ironía o la sorna, que hieren a la persona, el humor la libera, la hace flexible y sana, pues es capaz de reírse de la vida y de sí misma. Esta capacidad mejora nuestras relaciones sociales, pues tal y como dijo el músico y comediante Víctor Borge, "la risa es la distancia más corta entre dos personas".
El humor es un mecanismo de defensa cuando el mundo resulta absurdo y ayuda a superar el sufrimiento y los problemas de la vida, por lo que es fundamental en tiempos de crisis como el actual. Ya en el siglo XIX, Friedrich Nietzsche dijo que el ser humano se vio obligado a inventar la risa por ser el animal que más sufría de la tierra.
Por todo ello, ahí va un primer chiste filosófico que espero que os guste:
Un
profesor de filosofía entra en clase para hacer el examen final a
sus alumnos. Poniendo la silla encima de la mesa, dice a la clase:
“usando cualquier cosa aplicable que hayan aprendido durante este
curso, demuéstrenme que esta silla no existe”.
Todos
los alumnos se ponen a la tarea, utilizando sus lápices y gomas de
borrar, aventurándose en argumentos para probar que la silla no
existe. Pero un alumno, después de escribir rápidamente su
respuesta, entrega su examen ante el asombro de sus compañeros.
Cuando
pasan unos días y entregan las notas finales, ante la estupefacción
de todos, el alumno que entregó su examen en 30 segundos obtiene la
mejor calificación. Su respuesta fue: “¿Qué silla?”.
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